Antiestreptolisinas en las pacientes embarazadas hipertensas

Autores/as

  • Enrique Leaño Flórez

DOI:

https://doi.org/10.18597/rcog.2528

Resumen

Como se puede observar en los esquemas anteriores, la investigación abarcó un mayor número de pacientes multigestantes. Casi todas las enfermas acusaban antecedentes infecciosos (90%), y solamente el 10% no los refirieron. Fue muy frecuente el hallazgo de infección y focos sépticos a nivel de la dentadura y las amígdalas. También las otitis supuradas, el acné, la forunculosis, los estados gripales, las piodermitis con formación de abscesos, las mastitis, bronquitis y apendicitis fueron registrados.

El 21.43% de las pacientes tenía antecedentes de afección renal, y el 25.71%, de estados hipertensivos previos.

Dentro de la evolución de la enfermedad por la cual consultaron, la hipertensión, los edemas, la epigas- tralgia, la cefalea, el vómito, la polaquiuria con disuria y la fiebre fueron los signos y síntomas más importantes. La evolución del proceso se extendió desde 3 días hasta 3 meses. Fueron eclámpticas 4 pacientes. El mayor número, 54, de las pacientes revelaron alteraciones del fondo de ojo, caracterizadas principalmente por angioespasmo en grado diverso de intensidad.

El edema fue localizado a la región maleolar en la mayoría de las enfermas. Una paciente llegó a la anasarca.

El examen de orina practicado a todas las pacientes reveló datos contradictorios, en relación con la gravedad de los hallazgos clínicos, pero sí fue absoluta la presencia de cilindruria en las enfermas eclámpticas.

En relación con el título de antiestreptolisinas, objetivo principal de nuestro estudio, encontramos que entre 70 pacientes investigadas, un número grande de enfermas, 16, dieron cifras por encima de 150 unidades Todd. A ellas haremos referencia especial.

El primer caso se trató de una paciente con antecedente de angina y presencia de abscesos dentarios, sin antecedentes renales o hipertensivos. El proceso se inició con fiebre, edema e hipertensión. El edema fue palpebral y maleolar. No hubo manifestaciones de hipertensión en fondo de ojo. El examen de orina demostró discretas piuria, leucocituria y bacterium. El TAES arrojó cifra de 333 U.

Cuatro pacientes tuvieron un TAES de 250 U., y tres de ellas padecieron de forunculosis y acné. Solamente una no refirió antecedentes infecciosos recientes. Ninguna había tenido padecimientos renales. Al uroanálisis, ninguna demostró proteinuria dosificable.

Once enfermas dieron un TAES de II6 U. Todd, y todas ellas tenían antecedentes infecciosos. Algunas de ellas, 5, incluyeron la febrícula o la fiebre dentro de su sintomatología.

A manera de resumen debemos advertir que no fue nuestra intención fundamental realizar un estudio exhaustivo, desde el punto de vista nefrológico ni inmulógico. Tampoco pretendimos que al practicar la titulación de antiestreptolisinas estuviéramos aclarando de manera definitiva el problema de diagnóstico de las pacientes embarazadas o puérperas con hipertensión, proteinuria o edemas. Simplemente y pensando que muchas de dichas enfermas pudieran tener una patología extraña al estado gestacional, nos propusimos demostrarla, como en efecto lo obtuvimos.

La titulación de antiestreptolisinas nos enseñó que un número apreciable de pacientes, catalogadas a prion como toxémicas, padecían un proceso anterior o concomitante a su embarazo, y desencadenado o agravado por él pero ajeno al cuadro clínico de la pre-eclampsia-eclampsia.

El hecho de que 16 pacienes con sintomatología urinaria e hipertensiva y títulos altos de antiestreptolisinas, entre 70 enfermas investigadas indiscriminadamente estuviera presente, nos está demostrando la incidencia tan alta de actividad estreptocócica en nuestras pacientes obstétricas. Desde el punto de vista sanitario, este hecho es muy importante.

Necesariamente estos estudios, para un futuro, tendrán que complementarse con la investigación clínica completa, dentro de la cual no podrá prescindirse de los cultivos y frotis de orina, el recuento de colonias, la investigación de las células de Stenheimer Malvin, la electroforesis y el proteinograma, el recuento de Addis, la biopsia percutánea del riñón, etc., que nos conducirán entonces a un diagnóstico diferencial que nos permita visualizar más ampliamente los distintos aspectos de los padecimientos nefrológicos de las pacientes gestantes.

Referencias bibliográficas

STELLA CASTELLANOS: Tesis de grado. Pag. 25. Capítulo II. Año de 1962.

LEVINSON, M. S., M. D., P. H . D.: Diagnóstico clínico de laboratorio. Pág . 876. Año de 1962.

Cómo citar

1.
Leaño Flórez E. Antiestreptolisinas en las pacientes embarazadas hipertensas. Rev. colomb. obstet. ginecol. [Internet]. 30 de octubre de 1964 [citado 28 de marzo de 2024];15(5):471-80. Disponible en: https://revista.fecolsog.org/index.php/rcog/article/view/2528

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1964-10-30

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